El futuro de nuestros hospitales pasa por una reconversión de sus espacios, bajo el enfoque de la humanización de los diseños y entornos. El ambiente y lo que desde él se transmite incide claramente en el estado de ánimo de todas las personas usuarias, favoreciendo o ralentizando la propia recuperación de los pacientes.

Si hablamos de ruido, ¿qué tiene que ver con la humanización de los espacios sanitarios? Un espacio siempre “nos habla”, nos comunica algo. De manera inconsciente, al entrar en una estancia, una sala, la persona es capaz en poco tiempo de decidir - a través de las señales que capta con todos los sentidos - si le apetece quedarse en este espacio o si preferiría salir corriendo.

Lo que influye en esta decisión es el conjunto de factores ambientales, visibles y no visibles. Algunos de estos elementos visibles son la distribución del espacio, el mobiliario, los materiales y colores, etc., y algunos no visibles serían el olor, la temperatura de ambiente, posibles corrientes de aire, etc.

Cuando hablamos del ruido como un factor ambiental, diferenciamos entre dos tipos de ruido: el ruido acústico y el ruido visual:

El ruido acústico
La acústica es un factor ambiental “invisible”, que nos afecta mucho más de lo que podemos pensar en un inicio. El ruido es algo muy personal. Para una persona, el ruido que hace un grupo de niños al jugar les llena de alegría y de vida, y para otra es tan molesto que no pueden ni imaginarse vivir cerca de un colegio.
El ruido en nuestros hospitales ha ido en aumento a niveles más allá de las directrices recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1960, en detrimento de pacientes y personal, tal como se puede comprobar en una sencilla búsqueda científica, por ejemplo, Diseño sanitario basada en la evidencia (Ulrich, Zimring, et al., Salud, entornos de investigación y Diseño 2008).

Porque el ruido puede convertirse en un problema de salud, cuando...

• - Nos agita y nos pone nerviosos (estrés psicológico)
• - No nos deja descansar y dormir (estrés fisiológico)
• - Nos impide entender lo que alguien está diciendo o comprender avisos dentro de un hospital (dificultadas en las comunicaciones).

En algunos casos, las distracciones de ruido se pueden vincular además a errores médicos. Por ello, en nuestros edificios sanitarios, el cuidado de los niveles molestos de ruido debe entenderse como de primera necesidad.

Las soluciones constructivas de materiales absorbentes en los falsos techos es un recurso sencillo, que mejora la calidad ambiental de los espacios, especialmente, aquellos generadores de ruido, como salas de espera, controles de enfermería, etc.

El ruido visual
El ruido visual es una sobrecarga visual provocado por el entorno: espacios sin distribución clara, papeles pegados en paredes, puertas y hasta muebles, cartelería sin sistema ni mensajes claros, etc.

El ruido visual...

• - Nos impide comprender el entorno y encontrar el camino al destino
• - Nos cansa rápidamente y aumenta la sensación de dolor
• - Favorece la pérdida de orientación a la vez que aumenta el nerviosismo
• - Puede ser contraproducente para procesos de curación

A menudo los propios mensajes de cartelería del sistema de señalización en el hospital nos pueden provocar estrés, a través de asociaciones no deseadas.

(Ejemplo: foto de cartel en pasillo, de áreas de Paritorios y Unidad de Dolor en Hospital en España)

Otro ejemplo, una paciente dentro de un box de urgencias tiene a su vista indicaciones sobre maniobras de emergencia u otras posibles amenazas y problemas, pensadas en el profesional, pero que el paciente puede leer, generándole inquietud y ansiedad.

Medidas de diseño que se pueden tomar para crear un ambiente con confort acústico y visual:

• - Usar materiales constructivos absorbentes
• - Ofrecer estancias en espacios exteriores, que favorecen un confort acústico
• - Promover ambientes que transmiten calma en el diseño: áreas específicas para comunicación, una selección de colores reducidos y bien seleccionados, etc
• - Usar un sistema de señalización adecuado que oriente a las personas sin distraer o sobrecargar con mensajes.
• - Incorporar rincones de espera o incluso consultas diferenciadas para personas PAS o con espectro autista, con mejores niveles de absorción acústica.
• - En ambientes donde es descanso es esencial como, por ejemplo, en Unidades de Cuidados Intensivos, reducir los sonidos de alarma al máximo e introducir medidores de ruido, para controlar el ruido ambiental. La incorporación de “orejas de sonido”, a modo de semáforo de ruido puede ayudar a modular el ruido de conversaciones.
• - Asegurar niveles más bajos de iluminación durante la noche para promover el sueño y la actividad tranquila, que también tiene el efecto de reducir el ruido ambiente durante la noche.

Y no sólo la arquitectura puede trabajar a favor de ambientes calmados y de bienestar, es importante involucrar también al personal, de modo que cuide su entorno y trate de minimizar los efectos nocivos del ruido, debido a su actividad profesional.

Ejemplos sencillos de gran impacto serían reducir y cuidar los carteles y mensajes que se ofrecen en pasillos y consultas, armonizar las visitas nocturnas al paciente ingresado para evitar despertarle en la noche, cuidar el cierre no brusco de las puertas de las habitaciones, el tono de voz en conversaciones en el pasillo, etc.

La generación de espacios cuyo diseño no se asocie a los tradicionalmente sanitarios dará paso a hospitales que integren todos los ingredientes para conformar “ambientes positivos”: luz natural, relación con el exterior, elementos y materiales naturales, olores, espacios de relación, colores... ¡cuidando además el confort acústico y la ausencia de ruido visual!

(Sala de tratamiento del Hospital de Día Oncológico del Hospital Santos Reyes. Aranda de Duero. Burgos. Proyecto de Virai Arquitectura+ Parra Müller)